El secreto de Scream para vender más por email

Hay una escena en Scream 5.

Y es una lección magistral de cómo deberíamos usar el email marketing para vender nuestros productos.

Aunque en realidad…

Es una lección de copywriting.

En fin…

En una de las escenas vemos que Ghostface (el psicópata con el cuchillo asesino) está afuera de la casa de uno de los chicos, quien acaba de bañarse.

Y la escena nos muestra, con esa música tétrica de fondo, cómo este chico abre la puerta del baño para encontrarse con… 

Nada.

No había nadie allí esperándolo.

Me desilusionó un poco.

Pero… sigue.

Porque este chico baja a la cocina para comer algo. Y en un momento abre la puerta de uno de los muebles… y cuando está a punto de cerrarla escuchamos otra vez esa música tétrica de fondo… para que al cerrarse la puerta podamos ver…

Nada.

Otra vez jugaron conmigo.

Pero también abre la heladera.

¿Y qué crees?

Sí… lo mismo.

Y así estuvieron un buen rato. Que aparece, que no aparece. Que aparece, que no aparece.

Hasta que aparece y ya te imaginas cómo queda ese pobre desgraciado…

Y también el piso.

Y lo que hicieron los guionistas aquí fue jugar en todo momento con la tensión… la cual experimenté en carne propia para dar fe que funciona muy bien. Y lo mismo podemos aplicar a los emails para vender nuestros productos.

Porque de eso se trata el copy.

De añadir tensión.

Sin embargo, no hay una fórmula mágica para añadir tensión, especialmente si no estás contando una historia. Y si estás contando una historia, es poco probable que en un email cuentes una historia como aquellas de las novelas o de las películas, donde es fácil añadir tensión debido a la trama.

Pero…

La tensión suele nacer de la incertidumbre. El lector debe preguntarse algo como:

  • ¿Qué va a pasar ahora?
  • ¿Se salvará?
  • ¿Lo descubrirán?
  • ¿Qué va a hacer ahora?

Las dos primeras preguntas eran las que me estaba haciendo al mirar Scream.

Pero, como dije, en una historia personal, a menos que seas algún detective o algo parecido, es un poco difícil añadir ese tipo de tensión.

Sin embargo…

Puede que haya una solución. Y lo puedes hacer sin la necesidad de contar una historia.

Mira…

Cada vez que pareciera que estás a punto de revelar algo importante al lector, cambias ligeramente de tema con un “pero” o “sin embargo” o palabras similares.

Aquí tienes un ejemplo:

Asunto: Un exconvicto revela cómo llenarse los bolsillos vendiendo lo que sea

Y es que…

Esto también lo ha usado el novelista best-seller Dan Brown.

El autor de “El Código Da Vinci”.

Y no solo una vez…

Sino en cada una de sus novelas.

Y probablemente fue esto lo que provocó que se convirtiera en millonario con sus novelas.

Pero…

Hay un exconvicto…

Y que también ha usado este método psicológico en cada una de sus cartas de ventas para volverse millonario y ser considerado el mejor copywriter de toda la historia.

Hablo de nada más…

Y nada menos…

Que del fallecido Gary Halbert.

Y sí…

Halbert estuvo preso en California.

En los 80.

Por un crimen de guante blanco.

Y que en realidad no cometió.

Pero esa es otra historia.

Lo importante es cómo Halbert usaba este método psicológico en cada una de sus cartas de ventas para desatar una oleada de ventas capaz de inundar su cuenta bancaria de una montaña de dinero.

Y lo mejor de todo esto…

Es que se puede usar en los emails.

Pero volviendo al principio…

Dan Brown usa siempre esto para escribir sus novelas. Y es por esa razón que se venden tan bien… provocando que Hollywood le pague millones para poder hacer las películas basadas en sus novelas.

Sin este método…

Probablemente Dan Brown no sería conocido.

Pero…

Dan Brown no es el único.

James Patterson lo hace también con sus novelas.

Y qué casualidad…

Patterson es también millonario.

Por lo general…

Los mejores autores de novelas tipo thrillers lo hacen.

Pero…

Creo que Dan Brown y Patterson lo han perfeccionado.

Al igual que Halbert.

Y explico cómo aplicar este método en tus emails en mi libro:

“Email Marketing Inmersivo”.

Los detalles están aquí:

JuanSchukin.com

Juan Schukin

Esto no va a generar la misma tensión que surge con una historia cautivante. Pero puede provocar un efecto similar.

Sin embargo…

Existe otra forma de hacerlo, si es que estás contando una historia. Y esa forma de hacerlo es con un truco que aprendí en una masterclass de Dan Brown (el autor de El Código Da Vinci).

Mira…

Dan Brown dice que el suspenso en una historia lo podemos lograr utilizando las tres C:

  • Contrato
  • Reloj (Clock)
  • Crisol

Y en una historia personal, el Reloj se podría utilizar fácilmente en algunos casos.

El reloj introduce presión de tiempo en la narrativa. 

Cuando enfrentas un límite de tiempo para alcanzar cierto objetivo, las tensiones aumentan y la historia se vuelve más emocionante.

Dan Brown explica que esta presión no siempre tiene que ser literal, como una bomba que está a punto de explotar. Puede ser cualquier tipo de urgencia que impulse a los personajes a actuar rápidamente. Por ejemplo:

  • Un rescate: salvar a alguien antes de que sea demasiado tarde.
  • Un límite de tiempo: resolver un enigma antes de que llegue la noche, por ejemplo.
  • Un villano en movimiento: el antagonista siempre está un paso adelante, lo que obliga al héroe a apresurarse.

El reloj añade tensión porque obliga a los personajes a tomar decisiones más rápidas. Y en algunos casos, más arriesgadas. Y esto logra que la historia no sea aburrida.

En el caso de una historia personal, por ejemplo, puede suceder que necesitabas que tu negocio empezara a generar sus primeros 2000 dólares o euros mensuales porque sino no ibas a poder alimentar a tu familia. Obviamente, esto es solo un ejemplo para que se entienda.

En tus historias, crea tu propio reloj, si es que existe uno. No mientas solo para añadir tensión.


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Juan Schukin