La «advertencia narrativa» para vender más con emails

Si entiendes este truco de escritura persuasiva para vender más con el email marketing, vas a ser capaz de crear una sensación de urgencia tan grande que algunos de tus clientes prácticamente se lanzarán de cabeza para comprar lo que tienes.

Pero primero…

Para que entiendas esta táctica de persuasión, quiero primero mostrarte una escena de la serie Breaking Bad. Solo así la podrás entender.

Corresponde al episodio 12 de la temporada 3.

Empieza la escena:

*****

MIKE: Esto es una cortesía profesional. Nadie sabe que estoy aquí. ¿Entiendes?

Walt asiente, entumecido.

MIKE: Pero nuestro jefe se enteraría. Como siempre. Y, si arrestaran a Pinkman… lo tomaría como un problema. Walt, tienes algo bueno entre manos. Todos lo tenemos. ¿Quieres arriesgarlo todo por un drogadicto?

Es una buena pregunta. Hoy en día, ¿quién sabe qué hará Jesse? ¿De qué es capaz? Walt ciertamente no lo sabe.

MIKE: Ahora, sé que ustedes dos tienen una historia, pero este chico ha estado en la cuerda floja desde hace tiempo. Era algo que tenía que llegar.

A Walt le recorre un escalofrío.

WALT: ¿Qué cosa…?

La pregunta queda flotando en el aire por un momento. Luego, al estilo directo y sin rodeos de Mike, él empieza a contar una historia.

MIKE: Eh… solía ser un policía de patrulla, hace mucho tiempo. Y me llamaban todo el tiempo por disputas domésticas. Cientos, probablemente, a lo largo de los años. Pero había un tipo, un pedazo de mierda que nunca voy a olvidar. Gordie. Se parecía a Bo Svenson. ¿Te acuerdas de él? ¿»Walking Tall»? ¿No te acuerdas?

WALT: No.

MIKE: En fin. Era un tipo grande. Ciento veinte, ciento treinta kilos. Pero su esposa, o lo que fuera que fuese, su chica, era muy pequeña. Como un pajarito. Muñecas como… ramitas.

En fin, mi compañero y yo teníamos que ir allí cada fin de semana y uno de nosotros la apartaba a un lado y le decíamos «Vamos. Esta noche levantamos cargos”. Y no era uno de esos casos de «En el fondo él me ama de verdad”. Tuvimos muchos de esos, pero este no.

Esta chica estaba asustada. No iba a enfrentarlo. De ninguna manera.

No podíamos hacer nada más que entregarla a los paramédicos, meterlo en el coche, llevarlo al centro y arrojarlo en la celda de borrachos. Se le iba la borrachera. A la mañana siguiente, se va. De vuelta a casa.

Pero una noche, mi compañero está enfermo. Y estoy solo. Y llega el llamado, y es la misma basura de siempre.

Le rompió la nariz en la ducha, ese tipo de cosas. Así que lo esposé, lo metí en el coche y nos fuimos. Solo que esa noche, mientras íbamos hacia la ciudad, este imbécil, medio de lado en el asiento trasero, iba tarareando «Danny Boy”. Y eso simplemente me fastidió.

Así que en vez de girar a la izquierda, giré a la derecha, hacia la nada, y lo arrodillé en el suelo y le metí el revólver en la boca, y le dije: “Esto es todo. Así es como termina”.

Y él lloraba, se hacía encima, jurando por Dios que la iba a dejar en paz. Gritando — tanto como se puede con una pistola en la boca. Y le dije que se callara. Necesitaba pensar en qué iba a hacer.

Y, por supuesto, se calló.

Se quedó quieto, muy quieto. Como un perro esperando las sobras de la cena. Y nos quedamos allí un rato.

Yo, actuando como si estuviera pensando las cosas, y el Príncipe Azul, arrodillado en la tierra con los pantalones llenos de mierda. Después de unos minutos, saqué la pistola de su boca y le dije: “Si alguna vez la vuelves a tocar, te juro que tal y tal y tal y tal, y bla bla bla bla bla…»

Mike se interrumpe con disgusto. Walt intenta entender.

WALT: ¿Fue solo una advertencia?

MIKE: Por supuesto. Solo intentaba hacer lo correcto. Pero dos semanas después la mató. Claro. Le destrozó la cabeza con la base de una licuadora Waring. Cuando llegamos, había tanta sangre que podías saborear el metal. (Pausa) La moraleja de la historia es que elegí una medida a medias cuando debería haber ido hasta el final. Nunca volveré a cometer ese error.

Walt aparta la mirada. El mensaje de Mike es aterradoramente claro.

MIKE: No más medias tintas, Walter.

*****

Esta táctica de persuasión consiste en mostrarle al lector de un email lo que podría suceder si no hace lo que tú recomiendas. 

Esta táctica de persuasión, la de Breaking Bad, es una advertencia con una historia de por medio. Una…

Advertencia narrativa

Y simplemente le explicas a tus suscriptores que si no haces lo que tú dices, podría ocurrir algo grave.

Veamos un ejemplo de una parte de un email para que entiendas:

En agosto de 2018…

Ocurrió una catástrofe…

… en los negocios online.

Y fue por culpa de Google.

Y está a punto de ocurrir otra vez.

Pero esta vez con las redes sociales.

El primero de agosto de 2018, millones de sitios web que gozaban de un tráfico envidiable y gratuito de parte de Google dejaron de ganar dinero literalmente de la noche a la mañana. 

Ese día ocurrió lo que muchos conocen como:

El “medic update”. 

Una actualización de los algoritmos de Google que cambió la forma de posicionar los sitios en los resultados de búsqueda y comenzó a beneficiar a los sitios más grandes… dejando a muchos blogs en el olvido.

Unos pocos negocios sobrevivieron.

Y esos pocos negocios…

… sufrieron el quizás último azote de Google a fines del 2023.

En septiembre de ese año…

… se produjo el Helpful Content Update.

Y ahora sí podemos asegurar que el SEO ha muerto. Se ha dicho muchas veces eso. Desde que estoy en estos negocios desde el 2012. Y recuerdo que siempre exageraban cuando lo decían. Pero ahora puedo ver que es cierto. Solo los grandes sitios de noticias o de grandes organizaciones pueden aparecer en la primera página de Google (de donde provienen todas las visitas).

De hecho…

Estoy seguro que el SEO ha muerto.

Y que pasará con las redes sociales.

Y se debe a lo siguiente…

Un importante experto en SEO americano que solía seguir cerró su curso de SEO. Un curso que costaba casi 1000 dólares. Y cuando digo cerró, no solo no se puede comprar más… sino que sus alumnos ya no pueden ingresar para ver el contenido del curso.

Esta persona ganaba mucho dinero.

Y desde hace más de una década…

… estuvo viviendo del SEO.

Y por depender de un algoritmo…

Su negocio murió completamente.

Y era un negocio que le generaba miles y miles de dólares. Imagina tener una hipoteca, como muchos en Estados Unidos. 

Y no poder seguir pagándola. 

Imagina la cara de desilusión de tu pareja… intentando ocultar el miedo detrás de una sonrisa forzada. O la cara de confusión de tus hijos cuando les dices que esta vez no habrá vacaciones ni regalos. O la de tu pareja cuando le dices que esta vez no habrá vacaciones.

Y lo peor de todo: 

Saber que no puedes culpar a nadie. 

Excepto a ti mismo…

Todo por haber confiado ciegamente en un algoritmo.

Muy bien.

En el ejemplo, lo que hago es «asustar» a las personas para que se den cuenta que no pueden confiar en un algoritmo, ya sea Google, Youtube, Instagram, o cualquier otra plataforma.

Y esto me sirve para, por ejemplo, venderles un curso de email marketing para que no dependan al 100% de las redes sociales para vender.


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Juan Schukin